El Aloe Vera, también conocido como sábila, o
aloe sábila, proviene de la familia de las liliáceas, posee hojas anchas y gruesas, con
espinas y un gel interno, viscoso y amargo. Esta es una planta antiquísima
originaria del Oriente, que vive y se propaga en climas cálidos y
semidesérticos. Puede cultivarse en ambientes abiertos o cerrados y puntualmente, en la Patagonia, en invernadero o dentro de casa. Requiere para su cuidado de mucha
luz, tierra permeable, un buen espacio, y poca humedad, ya que la absorbe
naturalmente del ambiente, en forma aérea. Su composición es muy compleja, e
incluye lignina, saponina, antraquinonas (bactericidas), aloína (resina),
barbaloína (analgésico), ácidos variados, glucósidos, éter, proteínas, variadas
vitaminas (C y complejo B) y minerales (cobre, magnesio, calcio y sodio).
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